lunes, 20 de abril de 2015

¿Cómo afecta el hombre a los factores bióticos y abióticos de los ecosistemas?

La actividad humana es el peor riesgo que enfrenta la mayoría de las especies en el mundo, pero el hombre también puede ayudar a su recuperación “
dice Achim Steiner, director del IUCN, que es el “catálogo oficial de la Unión Mundial para la Naturaleza” (IUCN son sus siglas en inglés) y que ahora incluye más de 12.000 especies en vías de extinción. Basta con escuchar las noticias o hacer una breve investigación sobre noticias ambientales en internet para ver las atrocidades que la raza humana está cometiendo contra los ecosistemas del mundo, alterando los factores bióticos y abióticos de los mismos.

En lo que a los factores abióticos respecta, la actividad industrial descontrolada es el principal causante de contaminación en los cursos de agua, aumentando su temperatura y alterando su composición: podemos mencionar como ejemplo a nivel nacional la contaminación en la cuenca del arroyo Matanza-Riachuelo, cuyos altos niveles de polución hacen que sea reconocida como una de las diez cuencas hídricas más contaminadas del mundo y que afecta de manera directa la salud de más de 3 millones de personas que viven próximos al arroyo. En el ámbito internacional podemos mencionar al río más contaminado del planeta: el Ganges, en India, que también incide negativamente en la salud de la población y las especies animales que requieren del río para su existencia.
No obstante, el vertido de efluentes y desechos a cursos de agua no es la única forma en la que el hombre altera los factores abióticos del ecosistema; otro de los graves problemas a los que se enfrenta la humanidad es la emanación de gases de efecto invernadero a la atmósfera, entre los cuales sobresale el dióxido de carbono emanado por los vehículos y los óxidos de azufre emanados por gran porcentaje de las industrias a nivel global. Estos gases son los principales causantes del aumento constante en la temperatura de nuestro planeta, que conlleva a desastres ecológicos como incendios e inundaciones. A nivel nacional, ciudades como Mendoza y Salta se ven cada vez más afectadas por la presencia de smog en el aire, una mezcla de gases que en muchos casos se mantiene “estático” en esas zonas como consecuencia de la ubicación geográfica de esas ciudades. En el plano internacional, el mejor ejemplo de la contaminación aérea producida por los gases emanados por la actividad humana en la ciudad de Beijing, la capital de la República Popular China, donde el ver imágenes de gente circulando con barbijos ya es una postal típica de aquella metrópolis. En Latinoamérica, la ciudad que mayores problemas enfrenta por la polución aérea es la Ciudad de México, seguida por la capital chilena, ambas ubicadas en valles rodeados de montañas que impiden que los gases se dispersen.


Los efectos de la actividad humana en los sistemas abióticos se ven reflejados directamente en los factores bióticos. Se proyecta que para la próxima década se hayan extinto miles de especies marinas como consecuencia del aumento de temperatura en ríos y la acidificación de los cursos de agua dulce y océanos, lo cual se produce en consecuencia a la lluvia ácida que se genera debido a las emisiones de ciertos gases a la atmósfera.
Las desgarradoras imágenes de osos polares aferrándose al último pedazo de hielo que les queda en el Ártico también nos enseñan las repercusiones que la actividad humana global está teniendo en el aumento de la temperatura terrestre.


La actividad humana pareciera estar salida de control, consumiendo más recursos de los que el planeta puede regenerar y modificando ecosistemas como si aquello no trajera consecuencias.
En el ámbito nacional, podemos mencionar los incendios forestales en la provincia del Chubut, los cuales se han mantenido constantes durante más de cuarenta días y que han acabado con muchas especies autóctonas de flora que no se sabe si podrán ser recuperadas.

Internacionalmente, el caso que mejor demuestra cómo la actividad humana incide sobre los factores bióticos de los ecosistemas es la inminente extinción de especies de las cuales quedan menos de cien ejemplares alrededor del mundo, tales como la vaquita marina y el rinoceronte de Java (ambos cazados), el guacamayo de garganta azul de Bolivia, el kakapo de Nueva Zelanda y el lince ibérico (debido a la deforestación de su hábitat), entre otros.

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